En RAEE Andalucía sabemos lo rápido que está cambiando y creciendo la industria digital, y el gran impacto que esto tiene en el medio ambiente. Por ello, queremos compartir estos datos tan preocupantes procedentes de Statista, para que el conocimiento nos ayude a poner freno a este fin acelerado de recursos, que reduzcamos nuestra huella de carbono siempre que esté en nuestra mano y que optemos por un planeta más sostenible.
El ecosistema digital
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) informaba en su último estudio anual sobre la economía digital, de que las ventas mundiales de teléfonos inteligentes se han más que duplicado desde 2010, alcanzando los 1.200 millones de unidades en 2023. Y lo que es peor, según las previsiones, el número total de dispositivos conectados a internet se duplicará considerablemente entre 2023 y 2029, alcanzando casi los 40.000 millones al final de la década.
Este aumento en la digitalización consume grandes cantidades de recursos, especialmente metales raros, y genera emisiones de gases de efecto invernadero. En 2020, según las estimaciones publicadas por la UNCTAD, el sector de la tecnología de la información ya emitía entre el 1,5% y el 3,2% del total de las emisiones mundiales (entre 0,7 y 1,6 gigatoneladas de CO₂ equivalente al año). Además, con el crecimiento de nuevas tecnologías como el blockchain, la inteligencia artificial y el 5G, se prevé que estas emisiones vinculadas a las actividades digitales aumenten aún más.
Aparatos electrónicos que más consumen
Pero, ¿qué impacto tienen nuestros hogares en todas estas cifras? ¿cuáles son los aparatos que más contaminan de nuestro día a día? Según la huella de carbono de los principales aparatos electrónicos utilizados en nuestras casas a lo largo de todo su ciclo de vida, los ordenadores de escritorio son los peores (984kg de CO₂ equivalente producidos por aparato desde su fabricación hasta el final de su uso), seguidos muy de cerca por los televisores (897 kg de CO₂ equivalente). En ambos la mayoría de las emisiones se producen durante su fase de uso, siendo el caso del televisor mayor (un 66%) que el del ordenador (57%).
Por otro lado, los dispositivos como teléfonos móviles, cuya producción representa más del 80% de sus emisiones de gases de efecto invernadero (casi 60 kg de CO₂ equivalente), tienen un ciclo de vida más corto, aproximadamente como la mitad de un televisor, lo que aumenta su impacto ambiental, especialmente si tenemos en cuenta la cantidad de dispositivos que se usan, pues actualmente la mayoría tenemos uno. Por todo esto, las emisiones relacionadas a estos dispositivos se vuelven más significativas.
Creemos que el desarrollo tecnológico es fundamental, pero necesitamos poner la cabeza antes de comprar dispositivos nuevos, quizás darle una segunda vida a los que ya tenemos, aprovechar siempre su vida útil, no dejarnos llevar por las modas y, sobre todo, reciclarlos correctamente cuando llegue el momento. Busquemos una solución sostenible siempre y compartamos con el resto del mundo. ¡Recicla y actúa!