Los aparatos eléctricos y electrónicos (AEE) que se utilizan día a día proporcionan una inmensa comodidad en las tareas cotidianas. Pero una vez que estos no aportan ese valor deseado, deben ser gestionados de manera correcta para que sigan proporcionando beneficios a la vida y al medio ambiente, suprimiendo así los efectos negativos que puede conllevar una mala gestión.
Reciclar y sumar
Los AEE contienen en su interior sustancias peligrosas y nocivas para la salud y el medio ambiente, pudiendo contaminar el suelo, el agua, la atmósfera o agotar la capa de ozono.
Un correcto tratamiento de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) evita estos efectos nocivos. Todos los electrodomésticos están fabricados con materias primas obtenidas del medio ambiente, muchas de ellas no renovables. Sin embargo, a través del reciclaje, materiales como el cobre o el aluminio, pueden ser reutilizados en otros nuevos productos. De este modo, se contribuye a darles una nueva vida y a la preservación de los mismos, evitando el daño medioambiental que se produce en la extracción de estos materiales necesarios además de un importante ahorro de energía.