El aumento de la generación de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), también conocida como e-waste, plantea desafíos ambientales y sociales significativos. Solo durante 2019, se genraron más de 57 millones de toneladas de RAEE a nivel mundial según el e-waste global monitor. Sin embargo, las empresas tienen la oportunidad de marcar la diferencia adoptando prácticas de diseño sostenible y fabricación para reducir la generación de RAEE desde su origen.
1- Utilizar un diseño modular: Las empresas pueden optar por diseñar productos electrónicos con módulos intercambiables y actualizables en lugar de componentes fijos y soldados. Esto permite a los usuarios reemplazar partes defectuosas o desactualizadas en lugar de desechar todo el dispositivo fomentando así la economía circular. Apple, por ejemplo, ha adoptado esta práctica en algunos de sus productos, prolongando la vida útil y reduciendo la cantidad de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos.
2. Usar materiales sostenibles: La elección de materiales desempeña un papel fundamental en la sostenibilidad. Optar por plásticos reciclados, metales reciclados y otros materiales biodegradables o reciclables puede disminuir el impacto ambiental de los productos aparatos eléctricos y electrónicos (AEE). Además, reducir el uso de sustancias tóxicas simplifica el proceso de reciclaje y evita la liberación de productos químicos peligrosos en el Medio Ambiente y nocivos para la salud.
3. Diseñar materiales para el desmontaje: Facilitar el desmontaje de dispositivos electrónicos es clave para un reciclaje eficiente. Al diseñar productos con uniones desmontables y componentes claramente etiquetados, se simplifica el proceso de separación de materiales para el reciclaje. Esto reduce los costos y la energía necesarios para desmontar los dispositivos y recuperar valiosos recursos. Además, una estandarización en la fabricación de los materiales también facilitaría mucho este proceso.
4. Fabricación de productos longevos: Diseñar productos electrónicos duraderos significa que tendrán una vida útil más larga. Las empresas pueden lograrlo mediante pruebas rigurosas de durabilidad, garantías extendidas y la promoción de la reparación en lugar de la sustitución. La durabilidad reduce la frecuencia con la que los usuarios necesitan adquirir nuevos dispositivos, lo que a su vez reduce la cantidad de RAEE generados y se fomenta la economía circular.
5. Fomentar la economía circular: Adoptar un enfoque de economía circular en lugar del tradicional de economía lineal, implica diseñar productos con la idea de que los materiales pueden reutilizarse al final de su vida útil. Las empresas pueden establecer programas de devolución y reciclaje, donde los productos obsoletos son recogidos y desmantelados para recuperar materiales valiosos. Esto crea un flujo continuo de recursos y reduce la necesidad de extraer nueva materia prima de la naturaleza.
6. Concienciar al consumidor: Las empresas pueden desempeñar un papel importante al educar a los consumidores sobre cómo cuidar y mantener sus dispositivos electrónicos. Proporcionar información sobre la importancia de las actualizaciones, el reciclaje adecuado y las opciones de reparación puede influir en las decisiones de los usuarios y fomentar prácticas más sostenibles.
En resumen, la adopción de prácticas de diseño sostenible y fabricación de productos electrónicos puede tener un impacto significativo en la reducción de la generación de RAEE. Al considerar aspectos como el diseño modular, el uso de materiales sostenibles y la promoción de la economía circular, las empresas pueden contribuir de manera significativa a la preservación del Medio Ambiente y la gestión responsable de los recursos tecnológicos. Al trabajar en conjunto con los consumidores y adoptar un enfoque a largo plazo, podemos construir un futuro donde la innovación tecnológica y la sostenibilidad vayan de la mano.