Últimamente vemos constantemente en los medios de comunicación, portales de internet, en redes sociales… el término “crisis climática” y su relación con el “cambio climático”. Su llegada y empleo de manera masiva tiene un motivo que hoy te explicamos.
Pero primero, veamos ambos conceptos y qué significado guarda cada uno de ellos para poder ver por qué se está llevando a cabo el empleo mayoritario del término “crisis climática”.
Cambio climático
El término “cambio climático” se refiere a la variación del clima de la Tierra. Esta variación se debe, tal y como expone el Ministerio para la Transición Ecológica, a causas naturales y a la acción del hombre.
Las consecuencias derivadas de ello se están manifestando en el aumento de la temperatura, el aumento del nivel del mar lo que puede provocar casos de inundaciones costeras. Cada vez se dan más casos de migraciones climáticas aumentando así la población desplazada.
Asimismo, cada vez tendremos épocas de calor más largas. De hecho, según el último recuento anual de la Agencia Estatal de Meteorología, la media de días con una ola de calor ha pasado de una media de cinco jornadas al año en el último cuarto del siglo XX a nueve días en lo que va de siglo XXI. La Agencia Estatal de Meteorología considera una “ola de calor” un episodio de al menos tres días consecutivos.
Según el Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) de 2018, la temperatura mundial está aumentando a un ritmo de 0,2ºC por década. De 1880 a 2017 la temperatura media anual ha aumentado 1 ºC. Esto da muestra de que las consecuencias del cambio climático son reales.
Crisis climática
Cuando hablamos de “crisis climática” hacemos alusión a la magnitud o consecuencias de la actividad humana, las consecuencias, cada vez más evidentes, del cambio climático.
El término “crisis” por sí solo hace alusión a una situación grave que pone en peligro el desarrollo de algo. En este sentido, y relacionado con el concepto “climático”, podemos entenderlo como la actual situación que está viviendo el planeta y que está poniendo en peligro el desarrollo de la vida en el mismo.
La influencia de un término sobre otro
Ambas expresiones suelen usarse como sinónimos y, aunque no es incorrecto del todo al emplearse en términos informativos, tampoco es correcto al 100%, sobre todo en el plano científico. Vemos el motivo.
Cambio climático es el fenómeno o fenómenos cambios que se están produciendo por la acción humana. No obstante, modificar “cambio” por “crisis” da una idea de la emergencia o estado crítico en el que se encuentra en planeta debido al cambio climático. En este sentido, la introducción del término “crisis” a nivel social tiene un efecto más directo sobre la acción de concienciación sobre la población.
Como sabemos, un cambio puede ser a mejor o a peor. En este caso, el cambio climático y los efectos que se derivan de él suelen ser negativos. Por lo que, ligar el concepto de “crisis climática” a “cambio climático”, optando por el primero en lugar del segundo, da muestra de la necesidad de actuar contra el impacto negativo que, de manera mayoritaria, ejerce la acción humana sobre el planeta.
¿Qué uso se está haciendo del término “crisis climática” y con qué objetivos?
Los medios de comunicación, periodistas, redes sociales y personalidades están adoptando este término en su vocabulario diario con el objetivo de hacer una llamada a la acción de la magnitud del problema además de evidenciar la magnitud del momento.
Javier Andaluz, responsable de Clima en Ecologistas en Acción, afirma que "cuando cambiamos el lenguaje también cambiamos la forma en la que pensamos", según recoge un reportaje del diario Público. Y estamos totalmente de acuerdo, pues para interiorizar un concepto y asumir su importancia y significado debe pasar un tiempo de adopción del mismo, el cual viene precedido por un cambio en la forma en la que nos comunicamos. Algo que ya ha hecho tanto The Guardian como la Fundeu, incorporando el término “crisis climática” en sus libros de estilo.
Desde RAEE Andalucía creemos necesario el empleo de este término como llamada a la acción para combatir el cambio climático. Debemos ser conscientes del punto en el que se encuentra el planeta, no tenemos un planeta B. El reciclaje de RAEE es una parte fundamental, puesto que al reciclar nuestros residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, estamos evitando que los elementos nocivos que este tipo de aparatos contienen en su interior puedan contaminar el agua, el suelo o la atmósfera. Algunos aparatos, como los frigoríficos, contienen sustancias que liberan grandes cantidades de CO2 a la atmósfera si no son gestionados adecuadamente. La responsabilidad de su correcta gestión recae en productores y empresas, pero nosotros, como usuarios, también somos responsables del este ciclo pues, una vez estos aparatos quedan inservibles en nuestras casas o puestos de trabajos, debemos depositarlos en los lugares aptos para ello, y que puedes consultar aquí, con el objetivo de que reciban un tratamiento adecuado.
Actúa, recicla y conecta con la Naturaleza.