La contaminación lumínica es la dispersión de la luz que proviene de fuentes artificiales de iluminación que provocan que el brillo sobre el cielo nocturno aumente. Generalmente, la contaminación lumínica se suele dar por la mala calidad del alumbrado y como consecuencia, disminuye la visibilidad del cielo y las estrellas.
La principal causa de este tipo de contaminación es el mal uso del alumbrado artificial. La mayoría de las farolas tienen un diseño erróneo al enviar la luz que emiten hacia el cielo. Al tener que iluminar el suelo, se necesita una potencia de watios muy grande para llegar al mismo, lo que hace que se desperdicie mucha luz hacia otros lados.
A parte de las farolas, hay otras fuentes de intensidades lumínicas que afectan considerablemente a la contaminación lumínica:
1- Proyectores o cañones láser
2- Iluminación excesiva con fines publicitarios.
3- La ausencia de un horario de apagado y encendido eficiente.
Existen muchas consecuencias derivadas de la contaminación lumínica, entre las que destacan las siguientes:
1- La más directa, es la degradación del cielo nocturno y la pérdida de su visibilidad. Cuando la contaminación lumínica de produce en intensidades elevadas, el cielo nocturno, sobre todo de las grandes ciudades, adquiere un tono rojizo y anaranjado.
2- Fatiga, insomnio o ansiedad. Estudios recientes han demostrado que hay una relación directa entre la contaminación lumínica y trastornos como el insomnio. Fomentando incluso el uso de somníferos para conciliar el sueño.
3- Pérdida energética y económica. Al haber un uso excesivo de la luz, también aumenta considerablemente el gasto económico.
4- Alteración de los ciclos naturales de muchas especies.
Qué relación tienen la contaminación lumínica y el cambio climático
El exceso de luz que se lanza a la atmósfera tiene sus consecuencias negativas para el medio ambiente y para el cambio climático. Para generar toda esta corriente eléctrica se necesitan centrales eléctricas, líneas de alta tensión y transformadores entre otros muchos elementos.
El impacto que tiene este despilfarro energético acelera considerablemente el cambio climático, ya que en los procesos para producir toda esta energía se expulsan toneladas de CO2 a la atmósfera y por lo tanto afecta negativamente al medio ambiente de nuestro planeta.
La importancia del reciclaje de bombillas en la contaminación lumínica
Como hemos comentado en anteriores publicaciones de RAEE Andalucía, la mayoría de las bombillas son consideradas residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) y debemos reciclarlas correctamente.
Las tecnologías de iluminación han ido cambiando con el paso de los años pero aún queda luminaria que utilizan materiales muy peligrosos, tanto para la salud como para el medio ambiente, y por lo tanto debemos reciclarlos de una manera adecuada para evitar que lleguen a contaminar el medio ambiente y favorezcan al cambio climático.
Además, si reciclamos este tipo de residuos, también estamos evitando la extracción de nueva materia prima de la naturaleza.
¡Actúa, recicla y conecta con la Naturaleza!