A pesar de estar usándolos en casi todo momento, muchas personas desconocen qué hacer con sus residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) cuando estos ya no funcionan. Al finalizar su vida útil, se suelen desechar y tirar sin pensar en cómo pueden ser reciclados o lo perjudiciales que resultan para el suelo, la atmósfera o el agua.
Y es que los acuíferos son uno de los ecosistemas que más sufren debido al incorrecto tratamiento de los RAEE. Muchos de estos aparatos están fabricados con componentes que resultan muy nocivos para el Medio Ambiente. Sustancias como metales pesados, plásticos y productos químicos que dañan seriamente el entorno que nos rodea.
¿Sabías que el plomo de un televisor puede contaminar hasta 80 mil litros? ¿O que el mercurio es capaz de filtrarse en el subsuelo, afectando a las corrientes subterráneas? El agua es un bien primordial para la vida de nuestro planeta, y velar por su cuidado es tarea de todos. Esta es una de las tareas que se han propuesto conseguir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). En concreto, con el número 6: Agua Limpia y Saneamiento.
¿Qué pretende conseguir el ODS 6?
Por ello, en el año 2015 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) adoptó los ODS. Esta iniciativa de carácter global implica a todos los estados miembros a poner de su parte para frenar el cambio climático e incentivar el desarrollo sostenible, entre otros propósitos.
De sus 17 objetivos principales, el número 6: Agua limpia y saneamiento destaca por su intención de garantizar un acceso universal al agua potable de cara al año 2030. Uno de sus puntos, el 6.3, tiene como propósito mejorar la calidad del agua reduciendo la contaminación y la emisión de químicos.
El ODS 6 también está relacionado con el número 14: Vida submarina. Y es que los mares y océanos acaban por convertirse en destino de muchos residuos que son mal desechados, afectando a la fauna y flora que habita en las grandes superficies de agua del planeta.
¿De qué forma podemos contribuir a cumplir este objetivo?
Cada vez se genera mayor cantidad de RAEE a nivel mundial, solo en 2019 se cuantificaron más de 53 millones de toneladas. Pero reducir este número y paliar sus consecuencias medioambientales es posible llevando a cabo un correcto tratamiento de los RAEE que generemos.
Se hace imprescindible concienciar a las personas de nuestro entorno sobre la importancia del reciclaje. Así como enseñarles a identificar y separar cada residuo, como entregarlos en los puntos de recogida habilitados, y fomentar la reutilización de aquellos aparatos que puedan tener un nuevo uso.
Los aparatos eléctricos y electrónicos llevan formando parte de nuestras vidas desde hace ya mucho tiempo. Y es que tenemos a nuestro alrededor todo tipo de AEE que utilizamos por motivos distintos, pero de los que nos olvidamos cuando dejan de ser útiles. Es necesario ser consecuentes con nuestras acciones y colaborar para que todas estas tareas que nos hemos propuesto se logren.